Varón de leche
I
Ahora soy como falso porque se me cae la mano
como los primeros dientes de la encía.
Ya ni te acuerdas de mí, soy otra rama del árbol torcida,
dijiste, como decías que extrañabas hablarme,
quererme y decías.
Soy varón de leche si eso quieres,sólo tú puedes ser condescendiente,a ti entrego mi sirio nuevo de flama joven,
a ti obedezco, jota Melibea.
Sólo existo pa’ quererte sin quererte, maricón.
Mas cuando cumpla veintisiempre
y vaya al mismo antro cada viernes,
que los años lo sean todo:
Que me quieran sin quererme
Que me quieran sin quererme
porque soy mayor.
Y entre las ramas torcidas y sus frutos,
tú, que crees que hay más hombres
y más hombres y más reatas en el mundo,
y unas ramas más torcidas que otras, vas a quedarte perdido besando al Narciso en el vaso.
Mientras, el varón de leche va a dormirse en su lecho
roto, a ver si mañana de tanto recostarse como macho
deja de quererlos sin quererse
y comienza a profesar su religión de chocolate.
II
Santa madre,
primera madre
única madre,
¡perdóname
por metrear borracho
y desfavorecido,
con el trozo del alma chueco
y torcido hacia la izquierda!
Primer padre,
ausente padre,
macho padre,
absuélveme
de lo que crees
que son pecados
antes de que me marche:
lila, ya me voy.
III
Ícaro alas de paja,
pies de plomo,
el sol habita tu casa,
incendia tus ventanas,
derrite la chapa de tu puerta.
Ícaro recluso,
encierra al sol en la espera del milagro,
y sal noche pasarela sin la huida furtiva,
goza del asfalto, glitter, paja, cera.
Ya no te obligan lo semáforos
a detenerte en la carrera.