No estoy Gay

Gay /gei/
1. adj. Dicho de una persona, especialmente de un hombre: homosexual.
Del inglés gay; propiamente 'alegre', y este del francés gai 'alegre'.
No estoy Gay; estoy rojo iracundo
Rojo iracundo porque ser queer todavía es una herida abierta y al rojo vivo.
Una herida que poco a poco sangra toda la maravilla y la esperanza del cuerpo.
Y las entrañas, que antes brillaban rojo escarlata, se palidecen e irritan de tanto estar sanando.
No estoy Gay; estoy naranja pasión
Pero no naranja pasión como una atrevida llamarada, más bien como brasa.
Apasionada y, al parecer, a punto de rendirse;
quemando por dentro, casi imperceptible.
Apasionado como la caída del sol que se muestra esplendorosa, y sin embargo, está lista para morir, pues ha sido ya un largo día.
No estoy Gay; estoy amarillo bilis
Amarillo bilis por tantos hombres de Grindr que me han querido usar, engañar, mentir, manipular, cambiar.
Amarillo bilis por cada “no gordos”, “no afeminados”, “no locas”.
Amarillo bilis se empapa mi cuerpo cuando se siente como un corte de carne, o peor, como un artefacto de plástico.
Se cuece mi hígado a la flama alta de una calentura egoísta; él no sabe, la resiento como un martirio.
Amarillo el callo que deja el sexo sin philia, sin tacto, sin cuidado.
No estoy Gay; estoy verde vómito
Verde, pues vomito del asco que me da seguir tragando opiniones tan putrefactas de gente que se presume “inteligente”, “educada” o “buena onda”.
Náusea me da la ceguera que causa esa luz verde que la gente otorga.
El permiso pasivo de tales palabras penetra violentamente mis pupilas y la condonación colectiva devora mi cráneo, se abre camino hasta mis tripas y hace de ellas un nudo.
Si no me puedo quejar, objetar, contestar y discutir, voy a vomitar lo que pienso y voy a derramar lo que siento.
No estoy Gay; estoy azul lágrima.
Azul mar de lágrimas que derramo por todas esas vidas queer que hoy nos faltan.
Vidas que terminaron por violencia, negligencia, ignorancia o maldad explícita.
Azul mar de lágrimas por los futuros queer que han sido enterrados, que se desvanecieron en aire fino, que todavía persisten en la memoria pero todavía no encuentran la paz.
Azules las madrugadas donde más abruma la ausencia de nuestres hermanes queer.
No estoy Gay, estoy morado asfixia.
Morado asfixia por todas las cosas que se me pide que calle en nombre de la normalidad.
En nombre de la comodidad ajena he callado amores y desamores.
Callo la gente que amo y me ama.
Callo las historias de lo que soy y por qué lo soy.
Morado asfixia porque, para nostres, el silencio es una norma.
Cargamos el silencio en forma de moretones que concentran una vergüenza impuesta de existir.
Sin embargo, también soy morado amanecer temprano, que se atreve a imaginar un nuevo comienzo.