Monstruos en el clóset: la representación queer en el cine de terror
ALERTA DE SPOILERS
Purgatory: Los Inicios de la Representación Queer
Hablar sólo de representación en los filmes de terror conlleva a analizar distintas cintas que, a primera vista, parecieran ser típicas películas de terror que sólo están ahí, existiendo.
No podemos entender esta relación queer-cine sin la literatura gótica que dio pie a las creaciones de criaturas fuera de la existencia humana. Es aquí donde una comunidad LGBTQ+, rechazada y marginada por la sociedad, encuentra refugio a través de la codificación que, hasta nuestros días, los escritores y creativos siguen utilizando de manera esporádica.
Obras como Frankenstein (1931) y Bride Of Frankenstein (1935) son un ícono queer, ya que siempre se han rodeado por personas disidentes. Empezando por la escritora original de Frankenstein, Mary Shelley, que evidencias recientes han sugerido que era una mujer bisexual. Aunque las relaciones sexuales entre mujeres en dicha época no estaban criminalizadas, las mujeres cuyas inclinaciones románticas desafiaban el estándar heterosexual generalmente enfrentaban la elección entre reprimir sus deseos o vivir como marginadas. Hasta el mismo director de ambas cintas, James Whale, fue una persona abiertamente homosexual, y para terminar, está el actor bisexual Ernest Thesiger. Hay algo en los personajes íconos del filme que se relaciona con la comunidad: el hecho de ser rechazados, el sentirnos poco atractivos y poco dignos de ser amados.
Frankenstein, y en general la mayoría de monstruos clásicos de Universal Pictures, se han convertido en la piedra angular de la representación disidente en el cine; incluso han sido abrazados por el arte Drag.
There Will Be Blood: El rol de género en el cine
Las películas de horror ya no suelen apegarse mucho a los estándares que se habían implementado a principios de los 70, dichos elementos estaban adheridos a estas cintas para un público masculino. Entre otras cosas, aquí nace el término de final girl, que se vuelve famoso en las películas slasher, y retrata a chicas que suelen seguir la reglas, y al no ser sexualmente activas, no sufren la desgracia de ser asesinadas; porque sí, en esa época, temas como la sexualidad seguían siendo un tabú. Dicha representación se ve reflejada en Friday the 13th (1980).
No obstante, ciertas cintas han abordado elementos como la represión sexual, unidos a temas como la pornografía, mostrándola como un elemento de horror. Dicha representación se ve reflejada en cintas como X (2022) que, al estar inspirada directamente en The Texas Chain Saw Massacre (1974), plantea la idea de personas suprimidas por entornos en extremo religiosos que se sumergen en ambientes llenos de objetivación y aún más represión, todo con el objetivo de encajar y ser vistos, como lo plantea su cinta precuela Pearl (2022).
Un couteau dans le cœur (2018) sintetiza y analiza esta parte queer cuando el sexo deja de ser un medio para sensaciones placenteras y se transforma en un medio de horror y traumas. Siguiendo a la protagonista Anne (Vanessa Paradis) que, después de una ruptura amorosa, decide hacer su película más ambiciosa, fungiendo como directora de películas porno, a la par de un asesino que persigue a actores de dichos filmes. El aspecto mejor logrado de la película es la teatralidad y la estética camp, a menudo relacionada con el ambiente LGBTQ+. El director nos plantea y estudia el amor y los límites a los que conlleva.
Bloody Valentine: Homosexualidad y vampirismo
No es para nada nueva la relación entre ambos temas; sólo basta con mirar atrás y recordar las cintas y series que lo retratan.
Dracula’s Daughter (1936), secuela directa de Dracula (1931), da un contexto lésbico/sexual a sus protagonistas. Para este momento, la mayoría de los monstruos ya presentados en pantalla grande tenían una codificación queer sin que se vieran afectados por el código Hays. El historiador de Cine LGBTQ+, Vito Russo, señala en su libro The Celluloid Closet (1981) la homosexualidad de la condesa Zaleska como una debilidad depredadora. Era obvio que críticos de cine de la época condenaron el contenido lésbico, manteniendo escenas como cuando la condesa tiene cautiva a Janet. Descrito como "el beso más largo jamás filmado", la condesa Zaleska “se cierne amorosamente sobre Janet... se cierne... y se cierne... descendiendo lentamente para besar a la yacente Janet’’ (Hanson, 2009, pp. 198–99).
Interview with the Vampire: The Vampire Chronicles (1994) nos describe la historia de dos personajes, interpretados por Tom Cruise y Brad Pitt. Louis de Pointe du Lac (Pitt), hijo de padres franceses, convertido en vampiro por Lestat de Lioncourt (Cruise), un vampiro caprichoso que escoge a Louis como compañero de vida y que da a notar un matrimonio homoparental con la adopción de Claudia (Kristen Dunst). Esta película es una adaptación del libro del mismo nombre, escrito por Anne Rice en 1973. Si bien podemos ver la novela desde muchas perspectivas, hablaremos de la película desde una perspectiva gay.
Lestat estaría en el arquetipo de aquellos homosexuales que son sofisticados con sus conquistas y parejas sexuales, volviéndose expertos en ver personas homosexuales latentes. En cambio, Louis cae en el arquetipo de personas que sienten culpa la primera vez que viven estas experiencias no hegemónicas. Por su parte, Claudia representa a la generación posterior a los movimientos de liberación sexual. Si bien Claudia es consciente de que tuvo una vida humana anterior a su vampirismo, esta acepta su naturaleza y no tiene ninguna incomodidad con ello. Sin embargo, a lo largo del filme, Claudia se da cuenta de que ya no podrá desarrollarse igual que otras mujeres, por lo que reniega y entra en conflicto; muestra lo que muchos hemos sentido por el simple hecho de ser homosexuales: el no padecer en un tormento de estigma. Ser gay es un proceso solitario; sin embargo, creo que tampoco se trata de arrastrar a otros, ni esperar la aceptación de los iguales.
Wrong Turn: Cuando el miedo imita a la realidad
Hay películas que son muy mal recibidas por el público, tanto por la escritura de su guion como por el tipo de personajes que la protagonizan.
They/Them (2022) es una de esas cintas que van directo a lo que quieren criticar, sin hacer tantas alegorías o estar necesariamente codificadas. Esta cinta se aleja de los arquetipos de las películas slasher de los 80 y nos narra la historia de un grupo de jóvenes queer en un campo de conversión, a la vez que son acechados por un enmascarado con un hacha. A pesar de ser una película con una historia ficticia, podemos decir que el elemento de terror es la humillación y la negación que viene de la intolerancia de personas “calificadas” para revertir los ”efectos de la ideología de género”, y que, al final, terminan siendo argumentos absurdos por parte de quien ejerce y fomenta este tipo de prácticas en la vida real, porque cosas horribles siempre han pasado en estas “terapias de conversión”.
Demons: Dolor y placer
Hay prácticas poco exploradas dentro de la comunidad que aún se tocan superficialmente. Este tipo de prácticas suelen venir acompañadas de prejuicios y suelen ser el punto de partida de la discriminación por parte de extremistas religiosos para poder desacreditar los distintos tipos de vivencias dentro de la comunidad LGBTQ+. Poco a poco, esta visualización ha estado en constante crecimiento, sin embargo, estas filosofías no son muy comunes dentro del mundo del cine.
Clive Baker, escritor y director inglés, dirige y escribe Hellraiser (1987), donde toma como inspiración las prácticas BDSM de la época. Clive Barker, al ser un hombre abiertamente homosexual, ha confesado que, en sus inicios laborales, habría tenido ideas rechazadas, tanto por las editoriales donde laboraba, como diferencias creativas al llevar Hellraiser a la pantalla grande. La idea original del filme era que el personaje Pinhead tuviera una apariencia andrógina. Sin embargo, por el tema de censura de la época, se optó por que el personaje fuera interpretado por Doug Bradley.
No fue hasta que en 2022 se estrenó un reboot de la saga, con Hellraiser: Ella, en el que Pinhead es descaradamente queer (en el buen sentido), ya que Baker tiene un control más creativo en el aspecto y estética de los cenobitas (seres mitológicos dentro de la película), eligiendo a la actriz trans, Jamie Clayton, para el papel de la nueva Pinhead.
Un punto muy fuerte a su favor es la estética de ambas versiones. Por una parte, la versión del 87 rescata las prendas hechas con cuero, que aluden de manera indirecta al BDSM. En cambio, la versión de 2022 construye la parte indumentaria de los cenobitas con la misma piel de los personajes, haciendo usos de varillas, alfileres y cadenas, jugando así con el tabú de la desnudez y el exhibicionismo.
Hellraiser no hace uso del body horror sólo por exponerlo, o para cumplir con una agenda del género de terror en el cine, sino que retrata cómo las persona disidentes son vistas por personas hegemónicas, por el simple hecho de tener una perspectiva diferente al vivir el placer y la sexualidad dentro del colectivo.
Massacre: Lesbianismo
Pasa algo muy curioso con la representación lésbica que muchos no quieren ver en el cine. Gran parte de la comunidad ha tomado como íconos a personajes como Nancy, de The Craft (1996), o Jennifer Check, de Jennifer 's Body (2009), y aún hay gente que niega el subtexto queer de ambas películas.
Jennifer y Needy son amigas en un pueblo tranquilo, hasta que una banda musical sacrifica a Jennifer en un ritual satánico para obtener fama. Sin embargo, al no salir como ellos creían, Jennifer vuelve como un súcubo, teniendo como víctimas principales a los hombres con los que se alimenta. La amistad entre estas chicas evoluciona a una tensión sexual. A pesar de ser bien recibida por gran parte de la comunidad, en su estreno no le fue muy bien, ya que un pésimo equipo de marketing quiso vender la película a un público masculino con la imagen atractiva de Megan Fox y fetichizó el beso entre los personajes de Needy y Jennifer.
Frases usadas por Jennifer, por ejemplo, cuando afirma que “va en ambos sentidos”, insinúan una bisexualidad en el personaje, así como acciones sugerentes, como tomarse de las manos o miradas que van a otra dirección que no necesariamente son de amistad. Aunque el tropo que critica la cinta es el de “las personas queer son monstruos”, el personaje de Needy lo contradice al final de la historia, al vengarse de las personas que causaron los cambios de Jennifer.
Death by Sex: Infecciones y estigmatización
Cuando de televisión se trata, Ryan Murphy es muy inclusivo en sus producciones, dándole espacio a personajes abiertxs con su sexualidad y orientación.
Con la llegada del VIH, a principios de los 80, la comunidad LGBTQ+ fue blanco fácil de los comentarios discriminatorios y estigmatizantes por parte de grupos religiosos y conservadores. Ryan Murphy, con su serie antológica American Horror Story: NYC (2022), nos sitúa en Nueva York, con los primeros indicios de esta infección, contándonos dos historias. Por un lado, tenemos los asesinatos de personas homosexuales que recurrían a clubes nocturnos propios de la comunidad leather. Dándonos una crítica a la falta de empatía de las autoridades y su nula atención por principios homofóbicos, es impactante que la crítica a este tipo de situaciones no venga sólo de las personas heterosexuales, sino que parte de esta línea narrativa toca la homofobia interiorizada de los mismos miembros de la comunidad y su falso activismo mediante el personaje de Mr. Whiteley, autor intelectual de los crímenes.
Por otra parte, de manera metafórica, tenemos al personaje de Big Daddy, que muchas interpretaciones en foros de internet han catalogado como “la representación misma del VIH/SIDA”, pero la verdad es que es una representación de miedo latente ante la discriminación y la opresión que conllevaba el tener VIH en esa época.
Parte de la estética se inspira en la película Cruising (1981), y en temas como el sexo y la muerte en It Follows (2014), que usando el miedo a manera alegórica, representada por un ente “demoniaco”, nos replantea una vez más la situación de terror como una metáfora de los miedos que conllevan al tener una ITS, a veces tachando a estas personas de promiscuas, cuando en realidad sólo hace falta tener un contacto sexual con una persona portadora para estar infectado.
o m e n
Close Your Eyes: Dogmas y prejuicios
A menudo, los dogmas dentro de la religión son usados para desprestigiar las identidades sexuales diversas.
En la cinta mexicana Alucarda, La Hija de las Tinieblas (1977) dos mujeres en un convento hacen una conexión y realizan un pacto para morir juntas. Lo anterior resulta en una serie de eventos herejes, entre sangre, orgías y vampirismo, que usan la sexualidad como iconoclasia para criticar las estructuras de poder, abusos y opresión por parte de la iglesia, crítica que sigue vigente, tomando en cuenta que la religión sigue condenando la diversidad. Por algo es una de las películas favoritas de Guillermo del Toro.
En Huesera (2022), si bien los dogmas toman un papel muy importante en la historia, también lo son las imposiciones de género por parte de la sociedad, que pone expectativas en las mujeres, como la maternidad. El elemento queer que flota en esta cinta es la orientación sexual del personaje principal, Valeria, que, al dejar a un lado a su ex pareja, Vero, inicia un trayecto que se torna oscuro y un tanto tenebroso, pues Valeria, estando embarazada de su actual pareja, lucha con la presión de ser mamá, a la vez que empieza a observar a un ente que se rompe los huesos frente a ella, como alegoría al miedo de ser una figura materna. Lo realmente triste del caso es ver cómo personas queer se ven obligadas a tomar vidas que nunca han deseado, con tal de no tener la desaprobación de su familia o personas allegadas.
TRANSylvania
Cuando hablamos de las representaciones queer dentro del ámbito cinematográfico de horror, no a todas se les puede considerar dignas. Representaciones como la de Sleepaway Camp (1983), que retrata la homosexualidad como origen de todos los males y sus consecuencias mediante las acciones del personaje de Angela.
En Silence of the Lambs (1991), el villano Buffalo Bill es retratado como un asesino en serie que realiza un traje con las pieles de sus víctimas para “poder ser mujer”. Claramente en un mensaje errado, donde ser una persona trans es malo, cuando tenemos argumentos dichos por el mismo Hannibal Lecter, donde menciona que, si hubiera la posibilidad de someterse a una operación de cambio de sexo, Buffalo Bill no buscaría la forma de hacer daño a personas. Ante los contextos de discriminación ejercidos por un agente externo, como la violencia sistemática que no permiten que estos personajes puedan identificarse de formas más libres, provoca que estas personas se patologicen, esto como consecuencia de un contexto donde la libertad de expresión de género es nula.
The Rocky Horror Picture Show (1975) nos da una exquisita interpretación por parte de Tim Curry, como el Dr. Frank-N-Furter, personaje originario de un planeta TRANSexual, ubicado en una galaxia TRANSylvania y que crea esta atmófera insprirada en Frankenstein, en un estilo más camp. La cinta juega con la creación de Rocky a manera de crítica a dogmas religiosos, ya que Frank-N-Furter juega a crear vida sin necesidad de un individuo femenino, Todo esto en una secuencia donde la luz juega un papel importante, mostrando un arcoiris (colores asociados a la comunidad) durante la concepción de este ser llamado Rocky, con el único objetivo de complacer a Frank. La cinta abraza este tono cómico y musical, así como la liberación sexual a través de la indumentaria asociada a lo femenino, como el corsé, las bragas y los tacones, mismos que han sido inspiración para el arte drag. También se ponen en juicio los dictámenes de roles de género mediante los personajes de Brad y Janet.
Turn Off The Light: Aceptación
El reconocer que no encajamos en la sociedad como individuos heterosexuales es el principal miedo de muchas personas LGBTQ+. Ocultarlo no es una opción, y no nos queda más remedio que abrazar la oscuridad que esto conlleva.
Seed Of Chucky (2004), la cuarta entrega de la saga de Chucky, se aleja un poco del terror de sus antecesoras y toma el rumbo de la comedia negra. Esto conlleva a un rechazo por parte del público, y más aún por el personaje que crea Don Mancini (creador de Chucky, abiertamente gay), Glen/Glenda. Este personaje sería considerado no binarie en la serie secuela Chucky (segunda temporada, 2022), al no sentirse representade como una persona masculina, pero tampoco femenina en su totalidad. Aunado a esto, su versión humana es interpretada por Lachlan Watson (persona no binaria).
Este personaje se inspira en la película Glen or Glenda (1953), un docudrama semi-autobiográfico del actor y director Ed Wood que nos da uno de los primeros vistazos a los temas de orientación sexual e identidad de género, pues el personaje de Glen, a pesar de tener un gusto por vestirse y comportarse como mujer, sigue denominándose como heterosexual.
Si pudiéramos señalar películas con diálogos en doble sentido e imágenes sugerentes, una de ellas sería A Nightmare On Elm Street: Freddy 's Revenge (1985). Me entusiasma hablar de esta película porque es una de las primeras cintas en la que la scream queen resulta ser un hombre. Jesse Walsh es el personaje que es atormentado por el ente Freddy Krueger. Al ser Jesse un hombre “hetero”, este no se podía permitir “sueños meramente impuros”, pero es más evidente el subtexto gay al tener acciones como forcejear con sus compañeros (que por casualidad son personajes musculosos) o decir frases sugerentes como: “Él está dentro de mí”.
El actor que interpreta a Jesse, Mark Patton, es gay en la vida real; después de rodar esta película, ha mencionado que siempre fue cuestionado por su orientación sexual, lo que ocasionó que se alejara de los reflectores. No obstante, ha aparecido en el documental Never Sleep Again: The Elm Street Legacy (2010) y, a partir de esto, empieza a aparecer en convenciones de terror, donde lo proclaman “El primer Scream Queen”, y parte de las ganancias obtenidas en estos eventos han sido donadas a fundaciones para la ayuda de jóvenes LGBTQ+ y personas con VIH, misma infección que él padece.
Aunque muchos de los ejemplos que he citado han sido de décadas pasadas, es increíble cómo la representación queer dentro de este género sólo ha avanzado. I Saw The TV Glow (2024), de le directore Jane Schoenbrun, es una de las apuestas más arriesgadas de la casa productora A24, ya que, de manera única, retrata una forma de inducción a un mundo surrealista que podemos dar por hecho que se trata de un ambiente queer. Es una visión que no muchos han podido digerir, tanto en composición, como en narrativa y estética, dando espacio no sólo a este tipo de historias sino que ha abierto el camino para que las personas disidentes puedan narrar sus experiencias a través de medios masivos como el cine.
I don’t wanna die: Grita antes de morir
La saga de Scream ha nadado en un mar de codificaciones queer desde su concepción. No sólo por la relación homoerótica entre los personajes de Stu Macher y Billy Loomis (antagonistas de la primera entrega), sino por las implicaciones que llevaron a la escritura del guión por parte de Kevin Williamson, que, al ser también parte de la comunidad, se inspira en sus propias vivencias como persona queer, y ha confesado en diversas ocasiones que se ha visto reflejado en el papel de la final girl, argumentando: ”Como niño gay me identifiqué con Sidney Prescott (protagonista de las primeras cuatro entregas) y su lucha, porque es lo que uno tiene que hacer para sobrevivir como un niño gay también. Estás viendo a esta chica sobrevivir la noche y sobrevivir al trauma que está soportando” (White, 2021). Creo que, subconscientemente, las películas de Scream están codificadas con supervivencia gay.
“Una de las cosas con las que también he luchado es la confianza, y Sidney no confiaba en nadie”, explicó Kevin. “¿Ella realmente conocía a su madre? ¿Es su novio quien dice ser? Al final, ni siquiera confiaba en sí misma”. menciona al portal, The Independent (White, 2021). El personaje de Sidney Prescott es la viva imagen de enfrentar prejuicios que ya creíamos desaparecidos (Ghostface).
Con el paso del tiempo, la saga de Scream (1996-presente) ha sido más abierta al implementar personajes y actores queer, como el personaje de Mindy Meeks-Martin (interpretada por Jasmin Savoy Brown) y la actriz Heather Matarazzo (actriz abiertamente lesbiana).
In The Next Life: Prejuicios y culpa
Asi como el vampirismo se asocia demasiado a la homosexualidad, ciertas películas sobre la brujería abordan el tema del lesbianismo.
Históricamente, las brujas han sido vistas como seres a los que se les atribuían las paranoias colectivas y “perturbaciones demoníacas”, como en The VVicth: A New-England Folktale (2015), retomando temas de fanatismo religioso, o algo más apto y digerible de mirar, como Paranorman (2012), que nos adentra en un mundo en el que los prejuicios y las humillaciones que vive Norman, un niño que ve fantasmas, lo llevan a resolver y terminar con la maldición de una bruja que atormenta la ciudad donde vive. Sin embargo, se da cuenta de que la famosa bruja no era más que una niña inocente ejecutada durante La Cacería de Brujas, y que comparte similitudes con él; ambos son rechazados y comparten este sentimiento de no poder encajar en una sociedad donde no son vistos como algo “normal”. El compartir estas sensaciones en la vida real nos hace preguntarnos cómo es posible que ciertos prejuicios sigan existiendo hoy en día.
Fear Street 1994, 1978 y 1666 (2021) retoman el género slasher para situarnos en Shadyside, una ciudad azotada cada cierto tiempo por una ola de crímenes que no tienen explicación alguna. Nuestra pareja protagonista, Deena y Sam, se ven envueltas en una serie de eventos paranormales que la obliga a llegar al fondo de esta masacre. Más allá del evidente miedo a salir del clóset, y de los estigmas que conlleva ser una persona lesbiana, la mayor crítica de esta trilogía es la señalización de la homosexualidad como origen de todos los males. La famosa bruja que atormenta a Shadyside, Sarah Fier, no era más que una chica normal con sentimientos hacia otra chica. A raíz de este amor prohibido (ocurrido en el año 1666), personas ajenas a la relación realizaron acciones atroces, como sacrificios humanos, para prosperar. La señalización de estos amores fuera de la heteronorma es blanco fácil para que personas puedan crear actos atroces sin ver cómo afecta a personas disidentes que luchan contra la discriminación.
Boo!
Bitch!
Party Till I Die: Los legados que perduran
Hablar del cine de horror/terror es algo complejo pero maravilloso. Es sorprendente la cantidad de películas en las que se puede contar una historia o una situación de manera no convencional y que terminan agradando al público. Sin embargo, no debemos olvidar que es gracias a la películas mencionadas en este artículo que ahora hemos tenido un aumento notable en la representación queer dentro del género de terror. Sólo basta con mirar películas como Bodies, Bodies, Bodies (2022), o incluso series populares como Stranger Things (2016-presente), donde abiertamente nos presentan a personajes lésbicos dentro de un thriller juvenil y a actores y actrices pertenecientes al espectro trans, como en Evil Dead: Rise (2023), Talk To me (2022) y Cuckoo (2024).
También hay que recalcar trabajos como The Shape of Water (2017), que retratan el amor de manera magistral y simbólica y que, a su vez, se asocian al amor único que se puede notar dentro de la comunidad, o que toman personajes femeninos como íconos dentro de las personas disidentes, como Danny en Midsommar (2019); la misma Annie en Hereditary (2018); Carrie (1976); o incluso que muestran a este personaje que termina volviéndose un chiste recurrente dentro de la comunidad, como The Babadook (2014).
Estos ejemplos son sólo pocos de varios donde se puede ver a las personas más allá de la heteronorma. Sin embargo, para nuestra desgracia, el verdadero terror dentro de la comunidad LGBTQ+ es ver cómo se siguen perpetrando crímenes de odio en contra de la diversidad. Para nada es sorpresa ver escenas de esta índole en películas como It: Chapter 2 (2019). Aun con lo anterior, siempre he creído que el horror y el terror siempre han abrazado a personajes de otros mundos y de diferentes características físicas y emocionales. La verdad es que no debería sorprenderle a nadie que personas queer siempre se refugien en este género, que desde sus entrañas ha sido construido en su mayoría por personas como nosotrxs, y que, a través de nuestra experiencia, podemos darnos a conocer. El verdadero horror no distingue la orientación sexual o la identidad de género.
Notas del Autor:
Quiero agradecer a Gaceta Queer® por darme el espacio para escribir este artículo.
Especiales agradecimientos a los miembros de la gaceta que, al darme sus sugerencias y opiniones, me ayudaron a lograr con éxito el entendimiento de temas que me solían ser un poco difíciles de entender.
- Malin Chárraga
- Scar Osnaya
- Er Yáñez
- Charles A. Chablé
- Vane Olvera
Si soy un fantasma, es porque el odio del hombre
me hizo así.
––El Fantasma de la Ópera (1925)
Referencias
Morris, G. (1998). Queer Horror: Decoding Universal’s Monsters. Bright Lights Film Journal. Recuperado el 3 de Junio , de: 2024 https://brightlightsfilm.com/queer-horror-decoding-universals-monsters/
White, A. (2021). Kevin Williamson: ‘The Scream movies are coded in gay survival’. The Independent. Recuperado el 20 de Julio de 2024 https://www.independent.co.uk/arts-entertainment/films/features/kevin-williamson-scream-interview-b1968631.html?utm_content=Echobox&utm_medium=Social&utm_campaign=Main&utm_source=Twitter#Echobox=1638773776.