La voz de nosotrxs lxs disidentes, existimos porque resistimos
Mi mera existencia es una anomalía en el sistema y eso es bueno, es positivo. Pertenecer a la comunidad LGBTIQ+ se volvió una acción política: me hice de muchas personas fuertes a mi lado para generar un cambio, para buscar la libertad. La comunidad es mi salvavidas, mi burbuja, mi cielo, y también mi tanque de guerra.
–Anónimo.
El 28 de junio se conmemora a nivel internacional el Orgullo LGBTQ+. Cada año, se toma este mes para celebrar, visibilizar y difundir muchos de los temas y situaciones que forman parte de la comunidad. Es un momento en el que estamos siendo observadxs por muchxs, y a pesar de que cada vez hay mayor atención en nosotrxs, lo cierto es que la mirada externa aún se queda corta a todas nuestras experiencias.
Al ser tan diversxs, tenemos tantos temas por tocar y señalar, tantas experiencias, tanto en común… Es por ello que en este artículo nos hemos dado a la tarea de escuchar. Aquí un pequeño (o gran) reflector para ver de cerca cómo experimentamos el ser parte de la comunidad LGBTQ+. Que sirva tanto para nosotrxs como para quienes nos ven desde fuera.
Nota: Los testimonios pasaron por un proceso de edición para dar mayor claridad a las ideas expuestas.
Cuando tuve mi primera experiencia homosexual, el mundo giró rápido y se pintó de colores. Fue entonces que decidí tatuarme (nombrarme) que soy Jotx, para que no se me olvidara. Lo hice después de descubrir que no hay peores enemigos que los que unx carga en el cerebro. Comencé a modificar mi cuerpo y mis ideas hasta convertir en joyas mis estigmas y prejuicios. Aquí siempre es hoy.
Hay muchas marcas en mi cuerpo que me hice sin querer. La cisheteronorma, la homonorma y los onvrez en general rasgaron mi piel irremediablemente. Decidí tatuarme que soy Jotx para decirles que no quiero sus estigmas, que los vomito, pero que asumo que los tengo y los reconozco como parte de mi formación. Una formación llena de odio de la que ahora me desmarco, como disidente. Podrán llenarme el cuerpo de balas, pero mi alma no la vuelven a tocar.
Decidí tatuarme que soy Jotx para anular todas las posibilidades de esconderme. Incluso de mí mismo. Como un recordatorio que me diga que no puedo sumergir la cara en las aguas del opresor, aunque mi estancia en la Tierra dependa de ello; que sobrevivir anulando la propia identidad es un atentado contra todo lo que me constituye como persona (LGBTIQAPNB+). Vale más vivir un rato como un ser en resistencia, con la cara levantada y la voz fuerte, que toda la vida ignorando la imagen del espejo. Juntxs, entre pares, mis hermanxs y yo, hemos sobrevivido; y seguimos haciéndolo cada día.
Nunca estuve lejos de ser quien soy, sólo no me había encontrado. Llegó un día en que me sentía rotx de muchas maneras, y es que nadie me había dicho que ser heterosexual era sólo una de las muchas posibilidades de ser y existir. La población LGBTIQAPNB+ me ha permitido encontrar mi comunidad, mi familia, mi vida. Existimos porque resistimos.
Decidí tatuarme que soy JOTX y me encontré con una comunidad tatuada y organizada; universitarixs, maricas, jotxs, lenchas, tomboys, Trans, no binaries, pobres, mestizxs, colores variadxs, gordxs y flacxs esqueléticxs; también las nerds, gaymers, furrys y monstruxs. Las que usamos los tacones para vernos fabulosas, las que bailamos y perreamos hasta el piso, las que nos pintamos el cabello, las uñas y lo que se nos ocurra.- Somos lxs LGBTI+ interseccionales y transitamos aquí y ahora, porque aquí siempre es hoy, aquí siempre es hoy, aquí siempre es hoy.
–Joshua Balderas, “Unicornix udiversa”
Ser parte de la comunidad me ha llenado de orgullo y tranquilidad, ya que ha sido parte esencial de mi proceso de autodescubrimiento, el cual ha implicado aprendizaje en muchos sentidos: intrapersonal, cultural, emocional, e incluso filosófico. El convivir con personas LGBTIQ+ y saber de sus experiencias, transformó mi forma de ver la vida y las interacciones con lxs demás.
Al compartir experiencias difíciles por las que he pasado con personas de la comunidad, he experimentado un sentimiento instantáneo de confort. Lo mismo que al estar cerca del activismo; he logrado ver que este es un factor social muy importante para intentar hacer cambios en la comunidad, para mejorar la calidad de vida de sus integrantes y hacer un camino más fácil para quienes atraviesan los mismos procesos.
Nota a lxs lectorxs: Para cada persona es un proceso diferente, sin embargo, es importante encontrar espacios donde puedan sentirse segurxs. Siempre habrá alguien que pueda darles la fuerza para seguir y romper las cadenas, si es que lo deciden. Sin importar lo difícil, se puede seguir adelante.
–Mario García
Dentro de la comunidad, debido a la multiplicidad de vivencias por las que cada persona ha pasado, es posible llegar a una experiencia ecléctica donde te abres a conocer nuevas vivencias. Aunque aún existen muchos prejuicios, es posible encontrar personas muy buenas a las que puedes escuchar, y de cuyas luchas puedes aprender.
A pesar de que en muchos contextos persiste la discriminación, se refuerzan prejuicios o falta visibilidad, se puede encontrar un espacio donde no eres juzgadx, donde muchxs aceptan que existimos porque resistimos.
–Joel Medina
Las personas diverso-sexo-genéricas, al no encajar con los roles sociales estereotípicos, crecemos de manera diferente debido a cómo vamos experimentando nuestras vivencias. La comunidad otorga un sentimiento de acogida. El ser parte de ella no sucede sólo por existir como disidente; implica la participación de manera activa en el cambio de discurso sobre nuestras identidades.
Es por ello que surge un sentimiento de responsabilidad para vernos fuera de los prejuicios y estereotipos. Significa transmitir un mensaje: cada quien puede vivir de manera libre, romper el estigma de que la comunidad es dañina y “pervierte”.
–Cosmic baby
La comunidad es algo que se da por hecho, sin embargo, surge la pregunta: ¿qué tanto hemos trabajado por ella? A veces hay falta de apoyo, violencia, discriminación. Sí, compartimos ciertas ideas, pero hay una carencia de convivencia. El sentimiento de orgullo va ligado a privilegios; quienes pueden celebrarlo no se enfrentan de primera mano a la violencia ni la opresión. Resulta visible que existen privilegios de clase donde no se toman en cuenta otras realidades de las personas de la comunidad.
Falta comunicación de la comunidad hacia quienes son externxs; compartir y difundir los conocimientos que tenemos nosotrxs es necesario para la construcción de un mejor panorama. Además, reside una ausencia de visibilidad y exclusión de las infancias y la vejez por parte de la comunidad LGBTQ+, quienes también necesitan de esa información.
Otro punto igual de importante es saber de dónde estamos tomando nuestros referentes para construir la comunidad, ya que existe demasiada atención a referentes anglosajones. Debemos preguntarnos: ¿qué hay desde este lado? Aquí existe una historia, un desarrollo y contexto propio que debemos rescatar.
–Eduardo Zamitiz
Para mí, lo principal que ha surgido a raíz de formar parte de la comunidad ha sido un sentimiento de orgullo y resistencia. Si bien siguen existiendo muchos estereotipos y discriminación hacia la comunidad, el pertenecer a ella es motivo de valentía, de hacernos visibles no sólo en el mes de junio, sino en todo el año.
–Anahí Santana
Pertenecer a la comunidad LGBTIQ+ es más que convivir con otras personas sexo-genéricas disidentes; se trata de hallarte aceptado y perteneciente a una familia que te ama y te acepta en el primer segundo en el que apareces. Personas que te entienden, que le dan valor a tus sentimientos, y lamentablemente, que comparten tragedias, dolores, y tristezas. Dentro de la comunidad aprendí que no estoy rotx, incompletx, o defectuosx. Nadie lo está; somos fantásticas criaturas, creadoras de realidades únicas e icónicas.
Pertenecer a la comunidad se volvió algo más que socializar de manera segura y tener amigxs y personas que amo y me aman; se convirtió en una forma de protección a nosotres. Como manera de protegernos, se necesita un proceso de deconstrucción, de cuestionamientos sociales, políticos, culturales y económicos. Formar parte de la comunidad también se vuelve una acción política. Entender que mi mera existencia es una anomalía en el sistema y que eso es bueno, que es positivo, y que tengo a muchas personas fuertes a mi lado y ellas me tienen a su lado para generar un cambio, para buscar la libertad. Para mí, ser parte de la comunidad es mi salvavidas, mi burbuja, mi cielo, y también mi tanque de guerra.
–Anónimx
Ha sido un recorrido largo, a veces cansado y con bajas, pero en su mayoría, ha sido un viaje interesante lleno de amor. Ha incidido de forma muy positiva vivir día a día quien soy, ya que no tengo que cumplir expectativas de nadie, amándome cada día más.
–Anónimx
Significa poder nombrar sentires que nadie más me había enseñado que eran válidos y posibles, y ha incidido en mi vida, pues siempre he tenido uno o más grupos de apoyo de personas de la comunidad con los cuales puedo compartir mis experiencias e inquietudes.
–Gerardo Porled
Significa que es posible soñar y estar emocionada sobre la persona con la que voy a estar en un futuro. Aún si no termina siendo una relación perfecta, el tener la posibilidad es algo que me llena el corazón. Pero ser parte de la comunidad también significa que tengo miedo. Miedo de decirle a mi familia y que nuestra relación cambie. Miedo cada vez que abrazo a mi familia; el mismo pensamiento viene a mi mente: ¿esto seguirá pasando cuando sepan quién soy?, ¿seguirán pensando en mí como lo hacen ahora?
Mi identidad sexual significa la mejor parte de mi, y también la más terrorífica. Me ayuda a crear un vínculo con otras personas y a establecer algo en común, pero también me hace sentir incertidumbre con otras. Al final del día, los aspectos positivos tienen mayor peso que los negativos. No cambiaría nada.
–Anónimx
El pertenecer a la comunidad LGBTIQ+ no sólo es enfrentarnos a muchas barreras impuestas por la heteronorma y el patriarcado, sino también encontrar nuestra libertad y comodidad dentro de la comunidad. Sí, cada unx tiene experiencias muy diversas, pero igual tenemos puntos de encuentro en ellas.
Celebramos el orgullo este mes. No obstante, hay mucho más allá de dicho sentimiento. Mucho por luchar, mucho por visibilizar, mucho por dialogar y debatir: discriminación dentro y fuera de la comunidad, leyes, representación, educación, y muchísimo más. Somos diversxs y complejxs, y existimos más allá del mes de junio.