El privilegio de ser inBisible

El privilegio de ser inBisible

Hace más de 20 años que el Manifiesto Bisexual se hizo público y vino a explicar al mundo nuestra experiencia como comunidad, pero parece que seguimos teniendo problemas para definir qué es ser bisexual. Nuestra relación con la orientación sexual es cosa rara y fluida. Siempre cuestionada por todo el entorno, siempre internamente confusa y nunca tan fácil de experimentar como para quienes crecen cómodamente en la heteronorma. Ser bisexual es sentir atracción sexoafectiva por personas del mismo género y de otros. Esto no nos hace indecises, porque no hay algo que decidir, ni promiscues o irresponsables, porque creemos que las relaciones se construyen y deconstruyen a partir de la necesidad del vínculo y las personas que lo forman. Viva la libertad de relacionarse de manera cambiante y de romper la norma, siempre a partir del respeto a acuerdos mutuos.

Las personas salimos constantemente de múltiples clósets, o incluso múltiples veces del mismo. La expectativa de la sexualidad sigue siendo la normativa de las monosexualidades y  para la gente parece ser terriblemente inextricable el que a una persona le puedan atraer múltiples géneros a la vez. Que si tienes que decidirte, que si es un gay enclosetado, o una morra que sólo quiere usar a las lesbianas. Es violento homogeneizar nuestras experiencias para obligarnos a encajar en estereotipos que promueven el repudio, el prejuicio y el rechazo hacia nosotras, nosotros y nosotres. La inseguridad que causa al mundo la complejidad del ser y del formar vínculos de manera libre. No estamos para su complacencia o sus cuestionamientos, pero qué difícil cuando estos vienen tanto de la comunidad que se dice tu familia, como del sistema heterosexual. Ninguno comprende porqué no sólo “elegir un lado” y hacer todo más fácil para su entendimiento. 

La bisexualidad es tal vez la orientación que más sufre de la heterosexualidad compulsiva; el mundo no te enseña a relacionarte con otros géneros más allá del binario opuesto y te limita de explorar todas tus atracciones cuando ya tienes un libreto perfectamente diseñado para tan sólo una de ellas. Y por supuesto que cabe crítica a este hecho, pero ésta se debe enfocar en darle la seguridad y libertad a quienes somos bisexuales para explorar de manera segura, no en castigarnos por un sistema que intenta asimilarnos a través de la imposición del deber ser y con quién relacionarse.

La carga de la heterosexualidad compulsiva es algo que tenemos en común las orientaciones sexuales disidentes. Son las personas homosexuales quienes hacen una crítica directa a la bisexualidad y tienden a llamar privilegio a la capacidad de relacionarnos con el género socialmente aceptado para nuestra vivencia. Pero, ¿ es acaso verdadero privilegio el ser borrado?, ¿es acaso verdadero privilegio que la gente te lea a ti y a tu relación como heterosexual porque eso es lo que proyectan desde su deseo de normatividad?, ¿es entonces un privilegio que tus parejas se sientan profundamente inseguras de tus atracciones? ¿Y que se te niegue lugar en espacios LGBTQ+ por cómo perciben tu manera de relacionarte? 

Ya con el hartazgo más que marcado, rechazamos tajantemente que personas fuera de nuestra vivencia nos quieran definir, o peor aún, que proyecten su transfobia en nuestra orientación para afirmar que nuestros afectos están limitados a la cisnorma o a la binariedad del cistema. Las, los y les bisexuales reconocemos a todas las identidades de género, recordando una vez más que las mujeres trans son mujeres, los hombres trans son hombres y las personas no binarias no le deben a las personas cisgénero ninguna explicación sobre sus identidades.

Hay en realidad mucha cargas sociales en ser bisexual, y un sinfín de prejuicios que tienden a borrar o hipersexualizar nuestra existencia. Se nos dice privilegiades por pensar que podríamos pasar toda una vida pretendiendo que cabemos en la norma. ¿Es entonces el borrado verdaderamente un privilegio, o sólo una más de las violencias que nos toca vivir por existir en un mundo que únicamente está dispuesto a entender una fracción de lo que somos?

Testimonio 1:

"En la comunidad LGBTQ+ a veces me ha tocado que quieren medir mi bisexualidad […] se les hace fácil decir y señalar que, según su medidor bisexual, sólo soy un hetero confundido o que lo hago por convivir, tratando de desmeritar mi sentir; y peor cuando se enteran que no me gusta Lady Gaga o que no sé mucho de Drag Queens".

–Dulce Contreras (ig: @lady_clonas)

Testimonio 2:

"La mayoría de hombres cisheteros me dicen: 'ay, qué chido, contigo sí se pueden hacer tríos; aparte de preocuparme por los hombres, también me tengo que preocupar por las mujeres'. […] Muchas veces, las personas juzgan y sólo comentan que seguro sólo eres heteroflexible y estás experimentando. Es horrible cómo minimizan y quieren invisibilizar una orientación sexual sólo porque no cumplen con sus ideales o por estar tan heteronormados."

–Anónima

Testimonio 3:

"Siempre me dicen cosas como '¿qué te gusta más?', 'siempre te veo con mujeres', 'te ves muy hombre para eso'. Incluso un chico gay me dijo que era joto y no tenía los huevos de reconocer que sí me gustaba el chile".

–Anónimo

Testimonio 4:

"Mi padre biológico empezó a decirme que yo era una desviada, que él podía ser un alcohólico pero al menos tenía bien definido su sexo, que estaba enferma y que le faltó golpearme para que no saliera así […]. Una vez, un chico con el que salía me dijo que yo le daba asco por mi desviación […]; es incómoda toda la sexualización e invalidez que he recibido, desde hombres cis que piensan que voy a participar en tríos sólo porque sí, o mujeres cis enojándose porque me he negado a besarlas en una borrachera. Piensan que ser bisexual es ser todoterreno".

–Liss (ig: @queen.of.disaster)

Testimonio 5:

"Vivo mi bisexualidad recordándome cada día que sólo yo sé, estoy consciente, y estoy seguro, de que soy bisexual, sin importar lo que digan los demás, incluso si son personas LGBTQ+ […] Para los hombres cis y trans se pone en constante duda nuestra sexualidad. La bandita bi somos bi, sin tener que estar explicando nada a nadie, porque incluso es algo fluido, es válido".

–Anónimo